lunes, 22 de diciembre de 2014

La última y nos vamos

- Texto y Fotos: Marcos Betanzos   Twitter: @MBetanzos




A punto de cerrar un año francamente convulso que evidenció que los planes del gobierno no eran más que especulaciones ideológicas sustentadas en endebles estructuras de barro, la certidumbre, la transparencia y la justicia parecen ser las exigencias que unen a la población de nuestro país. No será fácil alcanzar estas demandas, ni tampoco creo –contrario a lo que los simplistas tanto han enfatizado- que esto sea exclusivo del trabajo personal, hay que exigir a las instituciones y a nuestros representantes que hagan su parte, que dejen de lado la simulación institucionalizada por tantos años. 

Este 2014 será recordado por la forma ejemplar en que se tomaron las calles para hacer valer el derecho legítimo a la protesta y también la vergonzosa manera en que pueden sabotearse las causas más justas. Destacable siempre será el hecho de haber caminado como una sociedad organizada, hermandada ante la injusticia, una sociedad inteligente que dialoga y que construye positivamente.

La agenda política del país y su crisis no dista mucho de las causas gremiales y su impacto en la agenda pública, y en ese sentido, abro este espacio para reconocer la labor de un pequeño pero comprometido grupo de arquitectos, que después de diversas jornadas y sesiones ha comenzado a unificar una voz que ya ha sido expresada institucionalmente por el Colegio de Arquitectos de la Ciudad México y la Sociedad de Arquitectos Mexicanos (CAM–SAM) ante la aprobación en la Cámara de Diputados del Dictamen de Reformas a la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados.
En el gremio, poco a poco deben ir comenzando a moverse ciertos engranes que nos permitan mantenernos atentos y promover mecanismos más transparentes para la asignación de recursos públicos que tengan como instrumento la labor de los arquitectos y toda la industria de la construcción. Hay mucho que hacer en el 2015 respecto a este tema; se necesitará además de profesionales comprometidos, la participación de la academia y los colegios de arquitectos estatales, así como de colectivos y asociaciones civiles que aporten con su visión o experiencia a esta ruta que por larga no debe abandonarse.
Por lo pronto sirva este medio para reconocer la labor de un Colegio de Arquitectos que ha concluido el año con un hecho necesario, expresar públicamente una opinión ante un tema donde no podemos quedar excluidos.

A continuación, incluyo la carta publicada por el CAM-SAM no sin antes desearles lo mejor para este año que concluye y el que pronto iniciará. Nos leemos en enero en Podio, gracias por acompañarme en este medio. Y como diría Eduardo Galeano: Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.
Hasta pronto.

* Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista Domus México, América Central y el Caribe.

A LA OPINIÓN PÚBLICA:

El 9 de diciembre se aprobó en la Cámara de Diputados el Dictamen de Reformas a la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las mismas y fue turnada a la Cámara Alta para ser votada el próximo lunes 15 de diciembre. Al respecto el Colegio de Arquitectos de la Ciudad México y la Sociedad de Arquitectos Mexicanos (CAM–SAM) manifiestan su profunda preocupación por algunas carencias en la Reforma que directamente impiden garantizar la conceptualización del Proyecto Arquitectónico y Urbanístico y la transparencia en los procesos destinados a la obra pública.

En las condiciones actuales del país, cualquier reforma que sirva para impulsar y garantizar procedimientos democráticos, transparentes y verificables, debe ser tomada en cuenta. La reconstrucción del espacio público como espacio de convivencia democrática que tanto urge, no puede hacerse dejando al margen el papel y la responsabilidad de la Arquitectura y los arquitectos.
El CAM-SAM se congratula por la existencia de una iniciativa que reconozca que la infraestructura requerida hoy por el país exige fortalecer y simplificar el marco jurídico que regula la Obra Pública y los Servicios Relacionados con mecanismos para la gestión y evaluación de los proyectos, ofreciendo alternativas adicionales para la toma de decisiones e incorporando nuevas figuras que brinden mayores y mejores elementos al Estado para garantizar la transparencia.

Pero resulta difícil pensar la transparencia en materia de Obra Pública si antes de realizarla no existen protocolos adecuados que garanticen la elaboración de los proyectos urbanos y arquitectónicos. Actualmente la ley no considera a los proyectos más que como un servicio relacionado, sin reconocer la necesidad de asignar recursos para su elaboración. Esta labor es fundamental para la transparencia en la toma de decisiones y la necesaria rendición de cuentas en la Obra Pública, cualquiera que sea su dimensión y presupuesto. Es necesario, además, garantizar mecanismos para la selección de los mejores proyectos y proyectistas, de manera justa, legal y transparente, lo que implica la realización de concursos de diseño arquitectónico y urbanístico, apegados a las mejores prácticas internacionales.
Solicitamos a la Cámara de Senadores incorpore en la Reforma a la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados las adiciones y modificaciones que el CAM-SAM ya ha propuesto y enviado a las Comisiones del Senado de la República y manifestamos nuestra disposición para establecer un diálogo directo con el fin de elaborar una Reforma completa y verdaderamente comprometida con la transparencia en forma amplia e integral. Por el momento, bastaría con que la Iniciativa de Ley incluya y reconozca dichas propuestas, dejando al Reglamento de la Ley y, en su caso, a los Lineamientos que emita la Secretaría de la Función Pública su consideración detallada.
ATENTAMENTE

ARQ. JOSÉ LUIS CORTÉS DELGADO
PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DIRECTIVOS
CAM-SAM 2014-2016
                                            Ciudad de México, a 12 de diciembre de 2014
 

domingo, 14 de diciembre de 2014

Los olvidados: un antes y un después
Texto y Fotografías: Marcos Betanzos *
 @MBetanzos

¿Qué fue de esos terrenos inhóspitos de clase baja, caracterizados por un cinturón de burdeles, reconocidos e icónicos que hicieron aún más populares los antiguos barrios de Nonoalco y Tlatelolco que Luis Buñuel retrató en su célebre cinta Los Olvidados?
Hacía 1950 Luis Buñuel estrena esa película que lo hace obtener un lugar y un peso específico en la historia de la cinematografía nacional. Seleccionó como set de grabación ese barrio, uno de los tantos lugares que acusaban una versión contrapuesta del discurso oficial que el gobierno en turno presumía en conjunto con su falsamente cumplida promesa del progreso social, nada nuevo. Con ese film, Buñuel les hizo ver que la ciudad tenía aún grandes tajos, cicatrices abiertas de realidades que aún pululaban en el universo de la marginación. La mirada de quienes vieron esas escenas, exigieron pensar que lo que ahí se narraba, sí sucedía pero en otro país –no podía ser el nuestro-, los actos vistos eran sólo producto de la imaginación de un director delirante y fetichista. 

Algún eco debió tener esa osadía de Buñuel, pues tuvo atributos de epifanía urbana: años más tarde en esos terrenos de vecindades, talleres de ferrocarrileros, burdeles y más, se construiría uno de los emblemas arquitectónicos más conocidos del periodo moderno de nuestro país que se sumaría a la política de las “células urbanas” donde se ubicarían nuevas unidades habitacionales, principal estrategia del “proceso general de regeneración” que motivó el presidente López Mateos

El conjunto que llevaría el nombre del mandatario y que fue planeada, promovida y diseñada por Mario Pani en conjunto con Luis Ramos Cunningham y Ricardo de Robina se inauguró el 21 de noviembre de 1964 (17 años más tarde que el CUPA en la colonia del Valle), hoy está a punto de celebrar sus cinco décadas de vida con su ya cicatrizado e incompleto millón de metros cuadrados de extensión en la ciudad. La “zona central de tugurios” que peyorativamente nombró Pani, lo convirtió en uno de los arquitectos con más metros cuadrados construidos en el país, y sería el sismo de 1985 el suceso que lo encumbraría, también como uno de los arquitectos con más metros cuadrados demolidos en su haber. 

Es incomprensible este tipo de obras sin visualizar que, “el afán de integrar las clases sociales formó parte de la ideología desarrollista difundida en el sexenio de López Mateos y se sustentó en la visión de que el crecimiento económico es una alianza de clases y que los logros alcanzados por el impulso de la técnica, en este caso de la constructiva, debían beneficiar por igual a los estratos sociales”, por esta razón que argumenta Andrés Jácome Moreno, los departamentos que conforman este gran proyecto se diseñaron conforme a las necesidades de familias de distintos niveles económicos. “Para las de ingresos equivalentes al salario mínimo, se construyeron unidades más económicas en los edificios más pequeños, mientras que a las de mayores ingresos se reservaban espacios más amplios y con óptimos acabados en los edificios de mayor altura ubicados en las cercanías del Paseo de la Reforma en su ampliación norte”.


El Banco Nacional Hipotecario y de Obras Públicas auspició la mayor parte del proyecto de construcción de Nonoalco-Tlatelolco, su sede es quizá el edificio más emblemático de la supermanzana, una torre triangular que sobresale con naturalidad de la creación de Pani, icono inconfundible, esta torre sigue atrayendo la mirada a pesar de haber sido desafortunadamente transformada y readaptada para albergar una serie de oficinas de la SEP.

Tlatelolco cumple 50 años transformando ese sector de la ciudad, haciendo historia,, consolidando la identidad de una nueva generación que poco a poco se ha ido apropiando de esos espacios y dejando testimonio de la preocupación de la vivienda como tema atemporal de solución pendiente. Aportación de Pani a un tema que ya se discutía en su momento a nivel mundial (nuevos modelos de distribución espacial en las unidades habitacionales a gran escala), el arquitecto demostró que nuestro país podía aportar –nuevamente- una ejemplar solución basada en un manejo distinto de los bloques modulares que recomponía la imagen arquitectónica. “Para Pani, tal solución implicaba un planteamiento cultural: era preciso superar el complejo de inferioridad para emprender la construcción de magnas obras, como había ocurrido, según él, en el caso de Ciudad Universitaria”. Esta afirmación de Andrés Jacome, hace pensar que quizá no todo era complejo, quizá como lo demostró muchos años antes Buñuel, es simple realidad. 

¿Cómo no celebrar y añorar esa alquimia que permitió que la arquitectura en una de sus mejores alianzas con la política transformara un muladar?

** Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista Domus México, América Central y el Caribe. 





lunes, 8 de diciembre de 2014



 
DESDE EL ESCRITORIO 

Marcos Betanzos - @MBetanzos 

Cualquiera debería saberlo, hay proyectos que no pueden plantearse y dictaminarse desde el escritorio (quizá es una obviedad que deberían de serlo todos), mucho menos cuando tienen como consigna la recuperación de ciertas zonas de la ciudad y los funcionarios en turno promueven insistentemente con su despliegue panfletario, los beneficios sociales de impacto directo que estas obras “concretarán”. Cualquiera debería saberlo pero no, al parecer no todos lo saben y mucho menos las dependencias gubernamentales que se empecinan en producir proyectos al vapor intentando ceñirse a la agenda política de una autoridad superior.  

Ahora con el nuevo botín de entretenimiento popular en que se ha convertido el tema de la generación de ciclovias y la promoción de la bicicleta como medio de transporte sustentable, eficiente y económico,  algunos políticos comienzan a hacer lo suyo: tapar el ojo al macho con obras absurdas y totalmente ridículas que carecen de fundamentos para que éstas se conviertan en verdaderos detonadores benéficos para mejorar la vida en la ciudad. 

Aquí se pueden mencionar las inconsistencias de los trazos y soluciones técnicas planteadas desde el gobierno de AMLO, las improvisaciones en el Paseo de la Reforma que surgieron en la administración de Marcelo Ebrard y que continúan hasta el día de hoy con casos fallidos como la intensión de incorporar una ciclovía en Av. División del Norte que aún no puede conciliar el titular del gobierno capitalino Miguel Ángel Mancera. Todas ellas, motivo de quejas y motor –casi siempre- de accidentes y controversias a nivel de calle para los usuarios. ¿Puede el gobierno ponerse una estrellita y decir que vamos en el camino correcto, que estamos cubriendo puntos de la agenda de la movilidad urbana con soluciones a medias o de tan bajo nivel? ¿Pueden presumir que tales ocurrencias son en verdad soluciones sin primero haberlas planeado, concientizado a la población, ordenado y liberado de usos o abusos comunes, y ejercido un plan estratégico para hacer cumplir los objetivos de estos proyectos?  ¿De dónde salen tantas ideas que después se convierten en proyectos tan arbitrariamente diagnosticados? 

Es inevitable, ¡cómo no pensar que obras como el Mega Biciestacionamiento, recientemente entregado e inaugurado en las inmediaciones del CETRAM Pantitlán en la Delegación Venustiano Carranza no es producto de la premura por (mal) gastar (derrochar, lapidar y repartir) un recurso que debía de hacerse efectivo de forma expedita, por no decir improvisada! ¿Cómo entender que ahora ya se tiene un nuevo elefantito blanco, una obra que se ha presumido como ejemplar y la más grande de América Latina, pero que se encuentra en un sitio donde nadie puede llegar en bicicleta, dónde los usuarios deben –si quieren llegar sanos y salvos- bajar de la bicicleta para sortear camiones, puestos de comercio informal, baches, calles en mal estado, y rutas inaccesibles e inexistentes. ¿A quién se le ocurrió el disparate? 

Es una burla, desde hace más de quince años existe un biciestacionamiento cerca de la Línea 9 del CETRAM Pantitlán -con menos oropel pero que funciona correctamente al grado de ser insuficiente-; su existencia comprueba que las personas sí llegan en bicicleta a la zona, pero su posición se encuentra diametralmente opuesta a donde las autoridades pusieron el suyo, el nuevo, mucho más caro, mucho más grande, mucho más “diseñado” y todo para ser una edificio inútil y torpe, siempre vacío. Más que preguntar, habrá que comenzar a dudar de esos magníficos funcionarios que siguen pensando que andar en bici es una cuestión de moda, lo superficial y lo absurdo.
Ojalá pronto puedan recorrer, todos ellos a pie y en bicicleta la zona, esperemos que así entiendan la magnitud de sus improvisaciones y dejen de lado sus poses fotográficas. Ojalá.  






Relación de imágenes:
1: Cortesía Crónica
2: Cortesía Milenio
3:Cortesía Obrasweb
4:Cortesía Milenio 

* Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista Domus México, América Central y el Caribe.